Dejad que os relate brevemente, y sin entrar en demasiados detalles, ya que ni tenemos tiempo, ni líneas suficientes y creo que ni tan siquiera sea necesario para lo que pretendo con este artículo, explicaros en qué consiste el ‘Efecto Florida‘. En otros hemos tratado temas como la genética, o la toma de decisiones; hoy conversaremos sobre el poder de los pensamientos.
El Dr. John Bargh, entre otros, en 1996 eligió aleatoriamente a unos 60 estudiantes voluntarios de entre 18 y 25 años de psicología en la Universidad de Nueva York. El fin era someterles a un experimento donde a los mismos se les entregó, a unos, una cartulina que contenía 5 palabras como por ejemplo (en Inglés – worried-old-lonely-Florida-gray-wrinkle, etc..) y a otra parte de ellos, otra cartulina con palabras que se podrían asociar a cosas como (en Inglés – nature, tree, Young, run, healthy etc…). Después, cada uno de ellos debía construir frases de 4 de las 5 palabras que había en la cartulina.
Hasta aquí me vais siguiendo, ¿no? Continuemos.
Una vez escritas las frases y entregadas las cartulinas, se les pedía a los estudiantes ir caminando a cierta distancia a otra aula para rellenar un formulario. Lo que los estudiantes no sabían es que se estaba cronometrando el trayecto que caminaban entre un aula y otra. Así, los 60 estudiantes, una vez terminado el ejercicio de escribir frases que incluían 4 palabras de las 5 que había en la cartulina, se levantaban y caminaban hasta el otro aula. Sin ser conscientes en realidad del experimento que se estaba realizando.
El estudio demostró que aquellos estudiantes que formaron frases asociadas a la vejez (siendo el estado de Florida en USA uno de los estados donde existen más ciudadanos retirados de todo EE.UU. , de ahí el nombre del estudio) tardaron más tiempo en recorrer la distancia entre aulas. Mientras que otros formaron frases con palabras aleatorias asociadas a la juventud y la fuerza. Los tiempos que se recogieron en el estudio marcaron suficientes diferencias como para establecer un patrón. Dicho esto, en términos prácticos, las palabras, el lenguaje y la comunicación pueden influir en nuestro comportamiento.
Personalmente me hace reflexionar. Si yo me someto cada día a estímulos negativos, a información asociada a problemas. Si visiono alguna película que incluya violencia, si leo algún libro que contenga episodios de tensión emocional, si entro en una discusión de mayor o menor intensidad, si paso una hora antes de acostarme mirando las redes sociales recibiendo estímulos asociados a frustración, decepción o dependencia, estoy arriesgándome a que a lo largo del día desarrolle un comportamiento un tanto agresivo, irascible; poco comprensible y amable, con grado de irritación.
Si, por otra parte, dejo que los estímulos que recibo a lo largo del día sean positivos; la lectura de algo que me haga sonreír, reflexionar, si veo algo en la televisión que despierte en mi la curiosidad y la empatía; si cuando hablo con mis amigos o amigas hablo sobre cosas positivas, si cuando llego a casa en vez de ponerme la televisión me pongo un poco de música, si antes de dormir me dejo llevar por un momento de tranquilidad y paz… la situación anterior cambiará.
El ‘Efecto Florida’ esta ahí; se ha estudiado y se ha aplicado incluso a la publicidad bajo el término de Priming. Está relacionado con la memoria implícita. Por poneros un ejemplo, si yo os digo pensar en un animal que empiece por la letra ‘E’ con casi toda seguridad diréis ‘elefante’; si os digo que penséis en un país que empiece con la letra ‘D’, con casi toda seguridad diréis Dinamarca. No deja de ser parte de nuestra memoria implícita, asociada muchas veces con estas palabras de cuando aprendimos a leer, cuando asociaban la letra ‘E’ a ‘Elefante’ y la letra ‘D’ a ‘Dinamarca’.
Si antes de entrar en una entrevista de trabajo o a un examen, me digo a mí mismo: “Yo valgo, yo puedo, tranquilo que todo saldrá bien, estoy preparado/a (…)”, de forma inconsciente estoy creando una predisposición psicológica al éxito de la entrevista o examen.
Si por el contrario el mensaje es, “qué nervioso estoy”, “seguro que me va a salir mal”, “casi seguro que no me eligen”, “no estoy preparado” (…); de forma inconsciente predispongo a mi cerebro a crear una realidad negativa de mí mismo y de las posibilidades de éxito que tengo.
Coincidiréis conmigo en que es más probable que si pienso en positivo, mi comportamiento desprenderá seguridad, nuestro lenguaje corporal comunicará confianza y mis posibilidades mejorarán mucho a la consecución del objetivo. Así que, después de la lectura de este artículo, empecemos a pensar más en positivo, a nutrirnos con estímulos que nos animen, que nos sumen, a rodearnos de gente que nos aporte y a no dejarnos llevar por la negatividad.
Es sustancial que nos contagiemos todos los días de estímulos positivos, edificantes para disfrutar de cada día de forma plena, percibir un mundo mejor aportando nuestra positividad a nuestro entorno.
Os pongo otro ejemplo que formó parte de un estudio llamado ‘THE HONESTY BOX’. Nos trasladamos a EE.UU. Durante muchos años, el personal de una oficina había pagado por el té o el café que él mismo se servía durante el día dejando el dinero en una caja llamada ‘honesty box‘. Es decir, que cada uno cuando se servía el café o el té, por un precio establecido por la empresa, lo dejaba en la caja.
Un día, se colocó sin aviso y explicación un póster alargado durante 10 semanas. Este póster presentaba cada semana una imagen nueva de flores o de ojos, que parecían mirar directamente a la persona. Nadie comentó estas nuevas decoraciones, pero las contribuciones a caja cambiaron significativamente.
Los usuarios contribuyeron de media casi 3 veces más en la semana de los ojos que en la semana de las flores. El recordatorio era puramente simbólico; los individuos se sentían observados, empujaba a la gente a comportarse de otra manera y producía un efecto inconsciente creando un patrón de comportamiento.
Somos lo que pensamos y, aun así, no nos podemos creer todo lo que pensamos, pero habremos ganado mucho si siempre lo hacemos en positivo.
Be positive. Think positive.